De todas las frases sobre perros que he podido leer o escuchar, me quedo con estas:
“Debidamente entrenado, el hombre puede llegar a ser el mejor amigo del perro” (Corey Ford)
“La persona que piensa que los perros no pueden hablar, no quiere aprender un segundo idioma” (Mark Winik)
Y mi favorita:
“La vida sin un perro, es un craso error” (Carl Zuckmayer)
Soy Azucena, adiestradora, educadora canina, y especialista en gestión del comportamiento canino.
Desde hace más de 15.000 años, el hombre y el perro caminan juntos, hemos evolucionado juntos, y ninguna de las dos especies, sin la otra, sería lo que es hoy.
Los perros me fascinan desde siempre y, sin embargo, durante algunos años mi vida profesional discurrió por una senda, digamos, más convencional. Por suerte, decidí cambiar la oficina y el portátil, por los perros y las personas que los acompañan. Y la culpa, ¿Cómo no? la tuvo un perro.
He tenido perros toda la vida; en Octubre de 2013, convivía con dos hembras: Thelma, una mastina de 60 kgs., y Samy, mi preciosa husky blanca. Ambas preciosas, bondadosas y adorables. Tenía el cupo cubierto, pero ya se sabe lo que ocurre cuando los perros te chiflan: ”Donde caben dos, caben tres”, y así, llegó Tempy a nuestras vidas. Lo que no podía imaginar, es que aquella belleza rubia pondría mi mundo del revés.
Unas semanas después de llegar a casa, aquella perra que con nosotros era adorable, empezó a querer comerse a casi todos los perros del barrio. Salir con ella a la calle se convirtió en una especie de juego de “esquiva y huye” ante cualquier perro que nos encontrásemos. No disfrutaba de mi perra. ¡La sufría! Y busqué una solución: Decidí formarme como educadora canina.
Hice mi primer curso básico de educación canina en EDUCAN (el primero de muchos) y desde entonces, no he parado de formarme. Cuanto más aprendo acerca de los perros, más ganas tengo de seguir aprendiendo. Y es que, cuando algo te apasiona como a mí me apasionan los perros, nunca tienes suficiente.
Hoy, Tempy tiene ya diez años, y ejerce de anfitriona de todos los perros que vienen a pasar unos días en nuestro hogar. Thelma y Samy ya partieron, pero llegaron Bridget y Dingo para completar el trío. Ya sabéis, ¡No hay dos sin tres!
En cuanto a mí, ya llevo unos años dedicando mi vida a lo que tanto me apasiona, que no es otra cosa que ayudar a las familias a comprender a sus perros y acompañarles en el proceso de aprender a ayudarles, y para eso creé Loukanikos.
Estoy aquí para ayudarte a entender a tu perro, y que podáis construir entre vosotros, una relación basada en el cariño, el respeto y la confianza mutua.